jueves, 13 de diciembre de 2007

Crítica de 12 Monos

Película norteamericana rodada por Terry Guilliam en 1995.
En 2035, un número muy reducido de personas habitan la tierra debido a un terrible y mortal virus propagado años atrás. Los supervivientes viven en las cloacas, bajo la superficie.
Un grupo de científicos reclutan a presos condenados para mandarlos en un peligroso viaje atrás en el tiempo, con el fin de recavar información acerca del virus y de la organización que está detrás de todo.
Se trata de una película original, con un magnífico guión que nos obliga a no quitar los ojos de la pantalla durante dos horas.
Terry Guilliam construye un futuro aterrador, frío y oscuro, del que sólo vemos las ruinas de lo que antaño habían sido superpobladas urbes.
Pero, si algo destaca por encima del guión y de la dirección, son las actuaciones de sus actores principales.
Bruce Willis interpreta el papel protagonista, un hombre desquicuado, perdido, del que no sabemos nada y que es el preso que más cerca está de alcanzar el objetivo.
Madeleine Stone interpreta a una psiquiatrá que ayudará a Willis a culminar su misión.
Brad Pitt borda su personaje, un hombre absolutamente demencial y rematadamente lunático y que tiene vital importancia en el desarrollo de la historia.
La película mantiene un ritmo fenomenal y un final genial, con un pequeño giro de los acontecimientos un tanto inesperado y una conclusión inmejorable.
Una de las mejores películas de ciencia ficción norteamericanas de los años 90.

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